🤝💼 Todos quieren ser amigos de Trump, Altman es el más rápido y Musk tiene celos 😤
🚀💰 El anuncio de Stargate y sus 500.000 millones de dólares: el gran inicio del plan de Trump con la IA, el acercamiento de Altman y el impacto en los demás gigantes tecnológicos 🌐🤖
Los periódicos deberían eliminar la sección de Política y suplantarla por una de Tecnología. O Tecnopolítica. Se hace más política con la tecnología que política con la política institucional y de partidos. Me encanta observar lo que sucede estos últimos días porque nos da la razón. Alogitmo Transparente ha sido un boletín semanal innovador y ha demostrado disponer de una intuición envidiable. Los tecnólogos puros y duros lo deberían considerar una excentricidad. Para los informadores encorsetados de temas institucionales, una rareza. La cuestión es que llevamos más 68 semanas explicando las interioridades de la Inteligencia Artificial y de la tecnología desde el punto de vista de las luchas de poder, de la vinculación política y estratégica, y de los egos de sus líderes y protagonistas. Y precisamente estos últimos días todos los personajes que hemos tratado aquí son ahora protagonistas de la actualidad en telediarios, periódicos y tertulias radiofónicas. Afortunadamente, los que sois lectores de Algoritmo Transparente lleváis semanas y meses de ventaja, y disponéis de una visión, conocimiento y espíritu crítico — en todas direcciones, no siempre a favor de la corriente — más necesarios que nunca ante el cuñadismo de última generación.
Esta semana la cosa viene muy cargadita, pero vale la pena detallar y entrelazar lo que ha sucedido al margen de lo que se ha publicado y dicho en medios tradicionales. Es muy potente y explica muy bien el momento que vivimos, apasionante como nunca. Ahora resulta que todos quieren ser amigos de Donald Trump, romper con su pasado demócrata y formar parte de la nueva era, una era claramente tecnopolítica donde confluyen la Inteligencia Artificial y una presidencia de los Estados Unidos que sacude el mundo entero. Lo curioso del caso es que ha tenido que ser un presidente como Trump quien sepa leer y capitalizar el poder transformador de la IA y de la tecnología, quizá aprovechándose electoralmente, quizá por interés económico o quizá por una estraña intuición y descaro que le convierte en un mandatario valiente, polémico y exitoso. Lo bueno del caso es que su retorno a la Casa Blanca ha provocado un seísmo en Silicon Valley, un seísmo con réplicas en Texas y Washington.
Es probable que el cambio de chaqueta de líderes tecnológicos aquí sobradamente mencionados y conocidos suponga un punto de inflexión para Silicon Valley y para las relaciones de este mundo con los demócratas. La rapidez con la que Trump ha derogado las regulaciones de IA de la administración Biden, la puesta en escena del primer gran anuncio del plan de IA del nuevo presidente en el Despacho Oval de la Casa Blanca junto a Sam Altman (OpenAI), Larry Ellison (Oracle) y Masayoshi Son (SoftBank), la reacción infantil de Elon Musk en X diciendo que el proyecto Stargate no tiene los 500.000 millones de dólares comprometidos, y especialmente los gestos y palabras de Altman junto a Trump, son una auténtica bomba en el escenario de la IA tal y como lo conocíamos hasta ahora. El cambio de paradigma ya está aquí, y el líder político que quiere capitalizar la llegada de la IA General se llama Donald Trump, y el líder tecnológico que quiere hacerlo realidad se llama Sam Altman.
El cambio de paradigma ya está aquí. El líder político que quiere capitalizar la llegada de la IA General se llama Donald Trump y el líder tecnológico que quiere hacerlo realidad se llama Sam Altman.
Quién iba a decir que la foto fuera esta, y no una imagen de Trump con Musk. Stargate es un proyecto muy ambicioso, que Trump ha sabido abrazar hábilmente desde el primer minuto de su presidencia, lanzando un mensaje a los otros magnates y líderes tecnológicos, pero también al mundo entero, especialmente a China y a una Europa ensimismada como las conferencias de Davos nos están demostrando. Por otra parte, Trump ha combinado la inclusión de Musk en su administración con la foto con Altman pero, sobretodo, con primeras decisiones gubernamentales que topan con los intereses del magnate en cuanto a Tesla y el coche eléctrico se refiere. Será muy relevante seguir con atención la tensión y la relación entre Trump y Musk al margen de la ya cansina cantinela tertuliana y cuñadista que aprovecha cualquier tuit o gesto inapropiado — como el saludo nazi el día de la toma de posesión del presidente — para caricaturizar, ridiculizar o escandalizarse. Mientas algunos hablan del gesto nazi o de la moratoria al baneo de TikTok en Estados Unidos, parecen olvidar mencionar Stargate, parecen obviar que en la toma de posesión estaban todos los CEOs y propietarios de las grandes tecnológicas menos Bill Gates y Satya Nadella, de Microsoft, y Jensen Huang, de Nvidia.
Altman se ha movido rápido y no se ha ahorrado palabras en sus declaraciones en el Despacho Oval ni tuits elogiosos a Trump como el de este jueves. Marck Zucherberg y Jezz Bezos tardarán cero coma en seguir sus pasos y copiar su descaro. El anuncio de Meta de la supresión de los verificadores en Facebook, Instagram y Threads en Estados Unidos, los recortes en la compañía, la intervención a calzón quitado de Zuckerberg en el podcast de Joe Rogan, la supresión de las políticas de igualdad, y las pestes a cualquier cosa que huela a woke, se quedan cortas con la eficacia, rapidez y estrategia de Altman con Stargate y Trump. De Jezz Bezos podemos destacar que fuera avanzado censurando el editorial de su periódico, The Washington Post, a favor de la aspirante demócrata Kamala Harris en un tramo de la campaña que ya perfilaba un ganador más que probable, el republicano, y que esté dispuesto a enfrentarse a su plantilla para redefinir el rumbo de la cabecera en la era Trump 2.0 que ya ha empezado. Pero el propietario de Amazon, paradójicamente, es menos influyente que sus colegas “tecnomultimillonarios” (Pedro Sánchez dixit) desde el punto de vista editorial a pesar de atesorar un medio tradicional, nada más y nada menos que The Washington Post, mientras que Musk con X, Zuckerberg con Facebook e Instagram, Sundar Pichai — que también estuvo en la toma de posesión — con Google, e incluso Sam Altman con su ChatGPT cada vez más editorializante con Search y la alianza con el Bing de Microsoft, o que Tim Cook, CEO de Apple, que tampoco se perdió la fiesta. Quiero decir que es una auténtica metáfora del momento que vivimos constatar que el magnate de Amazon va a tener más problemas y menos influencia ante Trump poseyendo todo un The Washington Post que sus colegas que poseen redes sociales o buscadores y no medios de comunicación convencionales: Musk (X), Zuckerberg (Facebook), Pichai (Google), Altman (ChatGPT) y Cook (Apple).
Estos últimos días son vitales, y ya me perdonaréis si el boletín sale más largo de lo habitual, pero no es menor lo que ha sucedido en tan poco tiempo. Se acercan los superagentes de IA, China está librando una auténtica batalla de código abierto, sus herramientas son cada vez más útiles entre los occidentales, y a Pedro Sánchez no se le ocurre otra cosa que ir a Davos a enfrentarse, cual llanero solitario, a los “tecnomultimillonarios” o, en palabras de Biden, a los “oligarcas tecnológicos”. El momento es tremendamente perverso para todo europeo progresista que se precie, ya que analizar lo que está sucediendo desde el apriorismo político clásico derecha-izquierda, bueno-malo, no es compatible con los códigos y la lógica imperante a nivel global y cuanto a lo tecnológico se refiere. La tecnología infunde unas nuevas reglas y la geoestrategia se ve sacudida con una energía nunca antes vista.
A Pedro Sánchez no se le ocurre otra cosa que ir a Davos a enfrentarse, cual llanero solitario, a los “tecnomultimillonarios” o, en palabras de Biden, a los “oligarcas tecnológicos”. El momento es tremendamente perverso para todo europeo progresista que se precie, ya que analizar lo que está sucediendo desde el apriorismo político clásico derecha-izquierda no es compatible con los códigos y la lógica imperante a nivel global y cuanto a lo tecnológico se refiere.
Ir a Davos a citar a Peter Thiel por su frase según la cual la libertad y la democracia son incompatibles, como simplificación de lo que esta afirmación representa en Estados Unidos, Europa o China, mientras en Europa y España nos hemos caracterizado por un exceso regulatorio que ni Mario Draghi suscribe, pues qué quieres que te diga… Y si a todo ello le añadimos que vienes que presentar un modelo de IA, ALIA, que ha salido caro y tardío, con prestaciones inferiores a modelos de 2023 de Meta, por ejemplo, pues qué quieres que te diga. Y si le añades poca sensibilidad interterritorial en el Estado, como la mostrada con las lenguas usadas en el entrenamiento del modelo, con la soberanía del Barcelona Supercomputing Center, con los medios de comunicación autonómicos en lenguas cooficiales excluídos de las ayudas del Ministerio de Transformación Digital para proyectos de IA, o la cancelación de las ayudas a 300 investigadores multidisciplinares de la IA en todo el Estado por parte del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, como nos explicó aquí German Rigau la semana pasada, pues ya ni te cuento.
Una cosa es querer hacerse el estadista con temas espinosos como el de la libertad en las redes y el poder de la tecnológia, o la regulación de la IA, en clave local española, y otra pronunciar en Davos un discurso aparente y resultón precisamente ahora que Europa ha demostrado estar desorientada — y tiene un faro llamado Draghi absolutamente ignorado — y con Estados Unidos en pleno cambio de régimen, y China acelerando todo lo que puede y más, al margen de la polémica del baneo de TikTok. Si viviéramos en una isla, parte de lo que dijo el presidente Sánchez sería asumible: una ID identificable para acabar con el anonimato en las redes, acceso a las cajas negras de los algoritmos — él habló especificamente de “algoritmos transparentes”, gracias por la promoción, presidente — y que los CEOs de las redes y tecnológicas sean (penalmente) responsables de los contenidos de sus usuarios. Para acabar el discurso, parafraseó a Trump pero adaptando el lema: “Social Media Great Again”. Del MAGA (“Make America Great Again”) trumpista, al SMGA sanchista. Uau.
Pero el problema, señor presidente, es que la propuesta lanzada en Davos no depende de España — donde usted no es lo suficientemente ambicioso y rápido con la IA como promete — , ni de Europa — donde Francia, quizá Italia y Alemania, y ahora el informe Draghi empezaban a cuestionar el dogma ‘pro-ético-regulatorio’ y ‘anti-desarrollista’ imperante — , ni tan solo de la administración de Estados Unidos de corte demócrata, más intervencionista que la nueva trumpista, que irá a por todas para plantar cara a China. Por tanto, hacer frente a las grandes tecnológicas en el preciso momento que estas se arrepienten de las concesiones que han tenido que hacer a la Unión Europea no sé hasta qué punto demuestra acierto o intuición. El tsunami global que viene, mezclando nuevo régimen político y fuerte influencia tecnológica, va en la dirección opuesta de lo que propugna el presidente del Gobierno.
La próxima semana, más y mejor. No dudes en compartir este boletín y recomendarlo a tus contactos y amistades. Ahora más que nunca, la IA y la tecnología son imprescindibles.
Pedro Sánchez
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La serie IA para todos de El Punt Avui
La cuadragésima octava entrega de la serie IA para todos de El Punt Avui:
🎩 Trump empieza con buen pie su plan de IA
🔸 Anuncia una inversión privada de 500.000 millones de dólares para impulsar la IA en Estados Unidos.
🔸 Promete recortes significativos en la regulación de la IA.
🔸 El saludo nazi de Elon Musk y la moratoria al cierre de TikTok eclipsan el anuncio.
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🤖 Alia, la IA pública que no convence a los expertos
🔹 El gobierno español presenta una IA ambiciosa llamada Alia, pero genera dudas por sus resultados y altos costos.
🔹 Los expertos cuestionan si puede competir con las grandes empresas tecnológicas.
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🛠️ Herramientas destacadas de IA
🔹 Traductor de voz y texto en 101 idiomas de Meta.
🔹 DeepSeek-R1: un modelo avanzado que desafía a OpenAI.
🔹 Titans de Google: memoria dinámica en IA.
🔹 Microsoft restaura el Bing Image Creator.
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🗞️ Actualidad
🔸 Comienza el juicio del NYT contra OpenAI.
🔸 La IA podría eliminar millones de empleos antes de 2030.
🔸 Grok promete un “modo desquiciado” que generará polémica.
🔸 Meta mantendrá a los verificadores de datos fuera de Estados Unidos.
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[Este artículo de Algoritmo Transparente #68 también está traducido al catalán, inglés, francés e italiano.]
